Un plato sin grandes complicaciones pero muy resultón.
Consiste simplemente en una capa de espinacas cocidas, una de bechamel y una de boloñesa. Se terminaría con una capa más de bechamel y queso rallado. Gratinamos en el horno y el plato está listo.
En las fotos, la preparación de una ración que metí en el congelador para un día en el que vayamos justos de tiempo.
Al igual que el pastel de calabacín, o la merluza empanada, una receta perfectamente válida para llevar.
¡Hay mundo más alla de los bocadillos y sandwiches!.
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