viernes, 23 de agosto de 2013

Tartan Roof - Azotea del Círculo de Bellas Artes, Madrid

Se trata de un "seasonal pop-up restaurant" de acuerdo a la propia descripción de su página web.
Está situado en la azotea del Círculo de Bellas Artes de Madrid que ofrece unas espectaculares vistas de la ciudad.



Nos habían recomendado la visita a la azotea simplemente por las vistas y que podía ser interesante aprovechar para tomar algo o cenar en el restaurante.

El primer paso fue buscar en google y ver algunos comentarios del restaurante. 

Me quedo con éste:
http://www.megustamibarrio.es/2013/06/21/tartan-roof-el-restaurante-de-verano-de-la-azotea-del-circulo-de-bellas-artes/   

El segundo paso fue intentar reservar. Esto era algo que, tras la lectura del anterior blog, ya sabíamos que iba a ser difícil.
Recomendación: intentadlo por la mañana en horario de oficina.
La primera vez que consigo hablar con reservas me dicen que es muy pronto y que no tiene abierto el libro de reservas para la semana que a mí me interesa y que lo intente siete días antes. Parecía que nos íbamos a quedar con las ganas de cenar allí.

El mismo día que podíamos ir a cenar, lo intento a primera hora de la mañana (9.30 horas) y sorpresa: ¡contestan y me dicen que tiene mesa para el turno de las 21.00 horas !
¡Sorprendente! Especialmente porque es 14 de Agosto.

Así que no desanimarse y seguid intentándolo pero antes leed lo que viene a continuación.

Llegamos puntuales a las 21.00. Había una tremenda cola para subir a la azotea. Si tienes reserva en el restaurante no es necesario esperar y tras validar tu reserva en un pequeño mostrador al final de las escaleras, puedes pasar y coger el ascensor a la azotea.

La azotea es más pequeña de lo que esperábamos y la zona de restaurante también, lo cual puede explicar parte de los problemas para reservar.


El servicio es impecable, con unos camareros súper atentos, eficientes y muy organizados.
Quizás sean demasiado eficientes, y esto hace que lo que esperas sea una cena tranquila en un ambiente y localización fantástica se convierta en un "fast food" caro.





 


Supongo que la empresa está encantada porque creo que esa noche consiguieron tres turnos de cena. Imagino que las reservas del turno de las 23.00 tuvieron que esperar porque estaban terminando los del turno extra de las 22.15-22.30.



La comida es diferente y muy buena, con una presentación muy original .
Todos los platos están pensados para compartir, si bien algunas de las raciones, por el precio que tienen, podrían ser un poco más abundantes.





 

 - Croquetas semilíquidas de jamón ibérico. 10 Euros
El más flojo de los platos.


- Garbanzos tostados, pollo parrilla, bacón, perifollo, croutons y salsa de Idiazábal. 12 Euros.
El mejor plato. Tengo pendiente intentarlo en casa. 



- Coca de Stilton, gorgonzola, mozzarela, escamorza, higos secos y cebolla morada con nueces. 14 Euros.
Interesante para hacer en casa también. Los higos quedaban estupendos con la mezcla de quesos.



- Taquitos de lubina fritos en harina de garbanzo con curry rojo thailandés y arroz jazmín. 15 Euros.
El camarero se olvidó de avisar que picaba bastante. De todas formas muy bueno, aunque bastante caro para lo que era.



- Chocolate a dos temperaturas, baileys y nata semi-montada. 6 Euros.
El peor. Un engaño por 6 Euros. Un poco de chocolate derretido en el fondo del vaso y un poco de nata encima. No aporta nada.



- Fried Apple pie con crema inglesa. 6 Euros.
Este postre es mucho mejor que el anterior. Una empanadilla de manzana con crema y helado. Rico pero caro.


Con la bebida (4 cañas, 12 Euros) y el servicio (2 Euros x persona) hacen un total de 79 Euros.
Total por comensal 39,50 Euros.

Sin opción a tomar un café. Hay que dejar la mesa libre lo antes posible, ya que el turno extra para los rezagados y amiguitos de última hora hay que exprimirlo.

El nivel global de satisfacción es malo por las prisas.
Los platos llegaron todos a la vez a la mesa con lo cual se iban enfriando todos a la vez también.

Tenemos la sensación de haber cenado en un sitio espectacular, con unos camareros muy buenos, una comida original y muy rica pero como si estuviéramos en un local de menú del día a las 14.00 horas y con una cola que da la vuelta a la esquina.
40 Euros por cabeza no se merecen esto y mucho menos no poder tomar un café tras la cena.

Repetiré: si vuelvo por Madrid y tengo la oportunidad me gustaría, pero intentando que sea en el último turno para por lo menos ir más tranquilos.
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